viernes, 24 de agosto de 2018

Al gran Maestro Palabrista: ¡salud!



Borges con mi tía bisabuela, Estela Canto, la mujer Aleph, escritora, traductora de Marcel Proust, rebelde zurda odiada por Leonor Acevedo, (odio absolutamente esperable, claro)

De aquel poema que memorizábamos sin entender mucho (“Moza tan fermosa non vi en la frontera como la vaquera de la finojosa”), recuerdo en especial la interpretación que hizo la profe de Literatura de una de sus partecitas. El poeta dice: “En un verde prado de rosas e flores”, y la profesora arriesgaba que para el autor las rosas eran tan bellas o especiales que pertenecían a un conjunto propio, externo a las flores.

Así, está el conjunto de escritores, esos amigos entrañables que me acompañan desde que me atacó este vicio incurable allá por mis siete u ocho años. Los escritores. Y luego está Borges.

¡Feliz cumpleaños, queridísimo Maestro, grande en los ensayos y cuentos; enorme en los poemas! ¡Y colega como tradecidor de Virginia Woolf, de Wilde o de Faulkner!

Estaba esperando anoche que fueran las 24 para saludarlo. Soy ese tipo de fan de los aniversarios que, sé, le provocan gracia o, mucho peor, indiferencia, pero bueno. Usted escribe y yo lo quiero a mi manera. Iba a saludarlo, decía, pero recordé que “está” en Ginebra.  
Sé cuántas veces releí algunos libros que amo (incluso algunos que analizan su obra como el necesario libro Borges profesor de Martin Hadis o la tesis doctoral de la doctora Alicia Zorrilla hecha libro, La voz sentenciosa de Borges). Desconozco cuántas veces releí su obra, amigo, maestro, colega, poeta, palabrero máximo. ¿Ve? Me pongo casi barroca cuando lo celebro, algo que me costaría alguna broma suya.

Solo pasaba por acá para decirle gracias por tanto y happy cumple, Georgie. Nos vemos en el Aleph o en algún otro sueño.

Aurora Humarán









jueves, 23 de agosto de 2018

Los libros sobre traducción que más AMO: "Escriba subversiva: una poética de la traducción" de Suzanne Jill Levine



Título: Escriba subversiva: una poética de la traducción
Autor: Suzanne Jill Levine
Editorial: D.R. ® 1998, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA – México

ISBN: ISBN 968-16-5176-6
Traducción de: Rubén Gallo en colaboración con la autora, o sea la traductora





No es un libro que haya salido a la venta hace un par de días pero ¿importa? Sabemos el lugar que (no) ocupa la traducción en el mundo. Es probable que esta verdadera joya no haya tenido la prensa merecida, pero no se priven de leer este libro, colegas.

Suzanne Jill Levine es una traductora nacida en Nueva York. Tradujo, entre otros autores a Julio Cortázar, Bioy Casares, José Donoso, José Lezama Lima y Carlos Fuentes. Suzanne trabajó codo a codo con el cubano Cabrera Infante y con el argentino Manuel Puig en un intento por traducir (¿coincidimos en que la traducción es un mero intento?) sus obras en “coelaboración” (neologismo genial de Cabrera Infante). Mucho de esos intercambios llenan los capítulos de esta obra.

La autora arranca planteándose por qué es traductora, qué la llevó a dedicarse a esta profesión, por qué la atrajo siempre el misterio de las otras lenguas. Hace un análisis muy interesante de las diferencias entre el "escueto" inglés y el "verborrágico" español.

Levine dice que "el proceso de traducción es mucho más rico que el producto final", cosa que los traductores sabemos muy bien. Fue esa idea la que la decidió a escribir esta excelente obra en la que comparte con los lectores el "backstage" de sus traducciones, los escollos que encontró para traducir la particular obra de Cabrera Infante al inglés,  llena de trabalenguas, juegos de palabras e impregnada de una atmósfera cubana que ella se impone llevar del modo más natural al público norteamericano.

Es muy enriquecedora la obra y es muy placentero sentir una suerte de complicidad con la autora/colega. Seguramente, se van a sentir identificados en cuanto a las alegrías y a las penurias del traducir o tradecir. Levine intenta alejar al traductor de la idea tradicional de un “escriba servil y anónimo”, ella nos alienta a ser subversivos, es decir a que destruyamos la forma del original para reproducirlo de una  nueva forma, en la otra lengua.


Aurora Matilde Humarán




domingo, 12 de agosto de 2018

Nuestras palabras


La pronunciamos meme en español. La pronuncian /mi:m/ en inglés.

¿Sabemos cuál es su origen?

La palabra meme “nace” en el libro El gen egoísta (The Selfish Game) del zoólogo Richard Dawkins 
quien define al “meme” como una unidad de transmisión cultural a la que se equipara con los genes dada su capacidad de reproducirse. Según Dawkins, los memes conforman la base mental de nuestra cultura, así como los genes conforman la primera base de nuestra vida. Si bien no creó la palabra para referirse a los memes tal como los entendemos hoy en las redes sociales, toda la definición y el espíritu mismo tienen sentido para referirse a esas frases (generalmente acompañadas por imágenes) que se reproducen día a día en nuestras pantallas.

Como los genes, los memes siguen el proceso evolutivo: fecundidad, longevidad (los más efectivos "viven" más) y fidelidad de la replicación.

La palabra meme nace inspirada en el griego μίμημα (se pronuncia míːmɛːma) que significa “cosa imitada” y que, seguro les pasa como a mí: nos lleva a pensar en los imitadores y en los mimos.

A continuación, mis memes favoritos.

Aurora Humarán





martes, 7 de agosto de 2018

Tan cercana y tan lejana



Cuando empecé a estudiar portugués, la profesora nos preguntó a todos para qué estábamos ahí. Simple en mi caso. Yo estaba ahí para estar ahí. Ni más ni menos. El medio y el fin eran el mismo.

Al principio, todos falábamos felices porque poníamos "inho" e "inha" al final de todas las palabras y listo. Ja ja ja. Ilusos.

Luego llegó el momento de congelarnos. Son los riesgos de aprender una lengua tan parecida a la tuya. ¡Jamás deberíamos decir "esperá un ratiño", por ejemplo!  De todos los petrificados, yo fui la más congelada por motivos obvios (soy traductora  > jodidamente ambiciosa y orgullosa cuando de los idiomas se trata). Y luego llegaron los falsos amiguiños. ¡Miles!

AMO este idioma danzante. Así como amo al Brasil y a Portugal. Ojalá algún día pueda conocer otros países lusófonos para confirmar que esta lengua y sus gentes tienen algo especialmente hermoso.


Aurora Humarán




                                       Fico assim sem você (Adriana Calcanhotto)