martes, 7 de agosto de 2018

Tan cercana y tan lejana



Cuando empecé a estudiar portugués, la profesora nos preguntó a todos para qué estábamos ahí. Simple en mi caso. Yo estaba ahí para estar ahí. Ni más ni menos. El medio y el fin eran el mismo.

Al principio, todos falábamos felices porque poníamos "inho" e "inha" al final de todas las palabras y listo. Ja ja ja. Ilusos.

Luego llegó el momento de congelarnos. Son los riesgos de aprender una lengua tan parecida a la tuya. ¡Jamás deberíamos decir "esperá un ratiño", por ejemplo!  De todos los petrificados, yo fui la más congelada por motivos obvios (soy traductora  > jodidamente ambiciosa y orgullosa cuando de los idiomas se trata). Y luego llegaron los falsos amiguiños. ¡Miles!

AMO este idioma danzante. Así como amo al Brasil y a Portugal. Ojalá algún día pueda conocer otros países lusófonos para confirmar que esta lengua y sus gentes tienen algo especialmente hermoso.


Aurora Humarán




                                       Fico assim sem você (Adriana Calcanhotto)



No hay comentarios:

Publicar un comentario