miércoles, 15 de abril de 2020

La lengua construye realidad




¿La realidad afecta al lenguaje? Desde ya. Aparece un nuevo objeto y aparece una palabra que lo dice.

¿El lenguaje afecta la realidad? Desde ya. Hay palabras que repetidas varias veces provocan saliva. Por no decir nada de las palabras eróticas y qué provocan.

Todos estamos de acuerdo en que la realidad afecta al lenguaje, pero no todos están de acuerdo en lo opuesto.

Por eso, se descree de la importancia de llamar presidenta a una mujer. "Los derechos se defienden en otros campos de batalla", dicen... Como si hubiera una cuota de derechos limitada y como si no mereciéramos todos y cada uno de los derechos, incluso que el español nos diga con la letra "a" que es la que nos dice a las mujeres.

Por eso también no se entiende la importancia del lenguaje inclusivo. Mismos argumentos: "los derechos se pelean en otros lugares". Yo digo: también, sí, también se pelean en otros lugares, pero no solamente.

Tan necesarios son los derechos para los grupos minoritarios que se necesitan todos los frentes posibles. ¡También la lengua!

En tiempos de COVID-19 y en plena cuarentena en mi país (la Argentina), escucho que el gobierno argentino busca desalentar la compra de "barbijos" (máscaras). No debe desabastecerse al personal sanitario. ¿Qué hicieron entonces, para trabajar sobre la realidad? Buscan imponer otra palabra, la palabra "tapaboca".  Al margen de que sea o no precisa, lo interesante es cómo, a través de la lengua, se busca influir sobre la realidad. Si pienso en "barbijo", voy directo a la farmacia. Si me detengo segundos con la nueva palabra, es probable que vea la forma de fabricarme un tapabocas con una media, con un pañuelo, con un pedazo de tela y dos banditas elásticas. La palabra nueva, de por sí, genera una reflexión y, ojalá, una acción, una realidad.


Aurora Humarán

sábado, 11 de abril de 2020

In Search of Islamic Feminism (Elizabeth Warnock Fernea)

Tardé una semana en leer el último capítulo por lo obvio. Es un libro de lectura obligatoria para quienes quieran entender qué es (si lo es) el feminismo en los países islámicos.
Elizabeth Warnock Fernea hace su recorrida en 1987. Muchísima agua ha corrido bajo el puente desde entonces por lo que sería genial una actualización de sus informes. (No será ella porque lamentablemente falleció, pero sería ideal volver a recorrer esos países [Uzbekistán, Marruecos, Egipto, Turquía, Israel, Kuwait, Arabia Saudita, Palestina] y otros con el mismo enfoque). La verdad es que me abrió los ojos. La mujer musulmana no es una, sino millones. A la mayoría, relata Warnok, la palabra ‘feminismo’ le choca y se la asocia con lo peor de Occidente (sí, también me sorprendí, pero así es): comida chatarra, capitalismo desenfrenado, división de las familias.
Los traductores sabemos (deberíamos saber) que además de conocer muy bien nuestro idioma materno y el idioma desde el que traducimos es clave entender las diferencias culturales antes de comenzar cualquier diálogo en el que podamos participar. No hablo solo de las traducciones, sino de traducir la vida para que esta sea un lugar mejor y más bueno para todos.
Warnock lo hace con su libro.

Aurora Matilde Humarán