De todos los intentos por tener un idioma más
justo, creo que la “e” es la mejor opción y por motivos obvios: se puede decir
(lo que no ocurría con la “@” ni con la “x”).
La "e" reemplaza(ría) a la “o” del genérico
masculino que nos invisibiliza a las mujeres. Todos los maestros >>> Todes
les maestres. No desaparece “todos los maestros” (para hombres) ni “todas las
maestras” (para mujeres). Aparece una tercera opción que abarca al colorido abanico de géneros posibles, pero sin invisibilizar a nadie.
Algunas palabras ya existen con su “e”:
cliente, presidente. Las feministas hace tiempo venimos pidiendo que se
explicite la “a” que nos dice: clienta, presidenta, etc. Lo mismo ocurre con la
palabra miembra para el ya existente miembro y el posible miembre. ¿Por qué no?
En el proceso, encontraremos escollos, cosas
que sonarán rarísimas (el neutro de odontólogo será odontologue), pero es lo de
menos. Lo importante es que se esté hablando sobre este tema, que se entienda
que la igualdad también puede y debe reflejarse en la lengua porque las palabras
nos dicen y nos hacen.
Aurora Humarán
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