Jamás proviene del latín, y tomó un rumbo curioso: pasó a significar lo opuesto. La palabra proviene de iam magis (jam magis) que significaba "ya más", "siempre" (signficado que se mantiene en el enigmático "por siempre jamás"). Según este análisis, nunca, podría haber sido jamenos...
Jamás nos regala enfáticos sintagmas. No teme al pleonasmo.
"Por siempre jamás"
"Jamás de los jamases"
"Nunca jamás"
"Jamás en la vida"
"Jamás en la puta vida"
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