martes, 13 de febrero de 2018

Best-seller: ¿el nuevo opio de los pueblos? ¿O no pa’tanto y quizás hasta tiene costados positivos?

«El best-seller es un objeto efímero, ha sido contaminado por las leyes que rigen la sociedad de consumo.ۚ» Marcos Aguinis



De la mano de la palabra best-seller, viene a mi mente la tapa del libro Tiburón, aquel libro gordote culpable de un veraneo con mucha menos gente en el mar. Luego pienso en Morris West, Belva Plain y otros compañeros para la playa. Literatura que se lee en ojotas.

Pero parece que hay otras miradas… Hace poco leí que Julio Cortázar opinaba que hay que darle la bienvenida a la literatura “facilita” en la niñez y en la adolescencia porque ayuda a formar el hábito de la lectura, a enriquecer nuestros mundos, a ampliar el vocabulario y, cómo no, a servir de trampolín hacia la literatura... grande.

El escritor argentino Marcos Aguinis escribió sobre este tema, y acá dejo parte de esas palabras que leí en su libro El valor de escribir. Me gusta su análisis del best-seller como ese lugar en el que se canalizan energías (en especial, en cuanto a sexo y violencia), pero no coincido con la parte final del párrafo. De tanto en tanto, yo e-li-jo tomarme un descanso de la ‘otra' literatura y leo algún best-seller, tengo entonces la sensación de estar tirada en pantuflas haciendo "ohm", mientras soy una ejecutiva del mundo de los diamantes. Sin arriesgar mi patrimonio.

Aurora Humarán

«El best-seller es un engendro de la industria multinacional; se confecciona según afinadas pautas del marketing y moviliza una promoción leviatánica. Son obras que nutren las ilusiones de sexo, violencia y poder, y satisfacen parcialmente la necesidad de información. Pero no resuelven la digestión del aluvión informativo ni el saludable desenvolvimiento del sexo, ni canalizan de una forma socialmente rescatable la agresividad.  Equivale a un nuevo opio de los pueblos: excita una felicidad que “no es de este mundo”, pero de la cual estamos alucinadamente cerca. Como el opio, nos hace trampa, fascina y taquicardiza. Frecuentamos el paraíso de los magnates, participamos en el negocio del petróleo, la venta de armas, y circulamos en la maravillosa telaraña del espionaje; convivimos con los dueños del mundo y hasta nos sentimos superiores a ellos al conocer sus tribulaciones.»
Marcos Aguinis (El valor de escribir, Editorial Sudamericana, España)













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