martes, 5 de diciembre de 2017

Mis diccionarios (including without limitation)

     


Esta no es una puntillosa, exhaustiva ni metódica enumeración de mis diccionarios.
Esta es una foto de una partecita de una parte de mi vida. Una parte clave. Destinada a ellos primero por los genes, luego por obsesión propia. En ordenado desorden.

Cuando terminé primer grado, mi abuela Blanca Aurora Basterra me regaló mis primeros diccionarios (los cuatro tomos verdes). No eran los clásicos diccionarios para una nena de 7 años con muchos dibujos y pocas palabras. Todo lo contrario.

Si bien aspiro a ser una cronopia como Julio manda (la incompatibilidad con un relevamiento preciso es obvia), me tienta la idea de organizar mis diccionarios. Dilema. Solo sé que son más de 100, pero menos de 27.892. Soy reacia al estricto detalle (que debería escribir con itálicas o no, con puntos o no, con comillas o no, tal como establece la ley), pero vamos a ver si me pongo a pensarlos un poco, al menos en modo despeinado.

Esta no es una puntillosa, exhaustiva ni metódica enumeración de mis diccionarios.
Esta es una foto de una partecita de una parte de mi vida. Como ocurre con las fotos más especiales, una va pasando por la vida, y la foto está ahí antes de que la atrapemos, así que el clic se produce luego de la foto. Recién me di vuelta y estaba la foto que está más arriba. Mis custodios. Mis amigos. La magia de los libros y de las palabras que los habitan. Merlín no es casual.

Aurora Humarán



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