¡Qué exquisito palabrero! Me cuentan que es un poeta sublime. Ya veremos.
Debuto con Escritos irreberentes de Juan José Hernández, libro en el que se le atreve al Maestro Borges (particularemente a él, diría), desde otro lugar a Paz, a Pizarnik, a Neruda, a Silvina Ocampo, etc. También se le atreve a la ortografía, explica el irreberente.
¡Qué lindo escribe! Me recordó cuánto amaba cuando era chica a Rubén Darío (el poeta que tiene todas las vocales una sola vez en su nombre) y me hizo reflexionar sobre varios de los lectores a los que admiro. Contado sea de paso, que comienza con Borges, artículo que encabeza con este pedacito de un poema tributo de W. H. Auden a W. B. Yeats: